viernes, 10 de octubre de 2014

La sucesión dinástica y la época del liberalismo

La muerte de Fernando VII de borbón dejó el reinado en manos de su hija Isabel II respaldado por la derogacion de la ley sálica que permitía que reinase por primera vez en la historia una mujer, algo inaudito hasta momento.

Fernado VII, predesor de Isabel II
Desde el punto de vista histórico es necesario contar que el inicio del reinado de Isabel II causó un conflicto dinástico entre los que eran partidarios del absolutismo, en este caso los Carlinos y los que eran partidarios de la implantación de un estado liberal, es decir los isabelinos.

Por su parte, los partidarios del carlismo representaban la voluntad más conservadora con la intención clara de perpetuar el absolutismo durante mucho tiempo más. 

En cambio, los partidarios de llevar a cabo un proyecto reformador de la monarquía y de estado vieron en Isabel II la oportunidad de llevar a cabo sus aspiraciones reformistas. 

A raíz de la regencia de Maria Cristina y el reinado de Isabel II se instaurará en España un estado liberal similar a los del resto de Europa, que a su vez generará división y controversia. Los partidarios de la reforma monárquica y constitucional se dividirán entre liberales moderados y liberales progresistas.

Por un lado, los liberales moderados defenderán un régimen conservador basado en la soberanía compartida, el sufragio censatario, la restricción de libertades...También son defensores de la propiedad privada y en general de los intereses de los más ricos, la alta nobleza y la alta burguesía.

Por otro lado, los liberales progresistas son partidarios de un régimen liberal más abierto, con soberanía nacional, sufragio censatario pero de base electoral más amplia y en general más libertades individuales...más cercanos de la pequeña y mediana burguesía.



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