El fracaso de la revolución liberal, de la constitución de Cadiz y la posterior Guerra del Francés (1808-1814) harán que Fernando VII vuelva al trono e instaure una férrea monarquía absolutista.
Sin embargo, en 1920 hay un pronunciamiento que obliga al Rey a aceptar la constitución propuesta por los liberales y se inicia el Trienio liberal. La inmensa mayoría social de la sociedad española todavía es favorable al absolutismo. El régimen liberal acabará con una intervención exterior. En 1815 se produce un pacto de mutua ayuda llamado Santa Alianza que intercederá de forma militar en caso de revolución liberal para sofocar este hecho. El ejercito francés, llamado el de los 100.000 hijos de San Luis, por aquel entonces, entró en España para combatir la revolución liberal y ayudar a Fernando VII a retomar su reforma absolutista.
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Fernando VII y Maria Cristina paseando por los jardines del palacio de Aranjuez |
A partir de 1828, Fernando VII comienza a mostrar un poco de flexibilidad y algunos de sus ministros comenzarán a tirar adelante una pequeña reforma de carácter económico. Estos cambios provocarán una profunda escisión entre dos minorías. Por un lado, la incipiente burguesía catalana que creen que el futuro pasa por desmantelar absolutamente el antiguo régimen para instaurar un sistema liberal. Por otro lado, hay una minoría ultra absolutista formada por gran parte del clero y la aristocracia española que comienza a sospechar la deriva reformista en la que puede entrar España.
La ley sálica y el acceso al trono de Isabel II
A partir de 1830 se producirá un litigio jurídico sobre la sucesión dinástica. Como Fernando VII se havia casado tres veces y no habia tenido descendencia masculina, el heredero a la corona en ese momento era su hermano Carlos Maria Isidro.
El cuarto matrimonio del monarca con Maria Cristina de Borbón desencadenará con descendencia femenina, en este caso Isabel II de borbón. La tradición monárquica en España se regía a través de una ley, llamada sálica, que prohibía a las mujeres acceder al trono. Sin embargo, antes de la muerte de Fernando VII, la reina regente influenciada por los reformistas instó al rey a derogar esa ley y permitir el acceso al trono de su primogénita. Es en ese momento en el que empezarán las disputas entre los partidarios isabelinos y los partidarios carlinos.
Enlace en el que se cuenta de manera breve el reinado de Fernando VII:
La sucesión dinástica y la época del liberalismo
La muerte de Fernando VII de Borbón dejó el reinado en manos de su hija Isabel II respaldado por la derogacion de la ley sálica que permitía que reinase por primera vez en la historia una mujer, algo inaudito hasta momento.
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Fernado VII, predesor de Isabel II |
Por su parte, los partidarios del carlismo representaban la voluntad más conservadora con la intención clara de perpetuar el absolutismo durante mucho tiempo más.
En cambio, los partidarios de llevar a cabo un proyecto reformador de la monarquía y de estado vieron en Isabel II la oportunidad de llevar a cabo sus aspiraciones reformistas.
A raíz de la regencia de Maria Cristina y el reinado de Isabel II se instaurará en España un estado liberal similar a los del resto de Europa, que a su vez generará división y controversia. Los partidarios de la reforma monárquica y constitucional se dividirán entre liberales moderados y liberales progresistas.
Por un lado, los liberales moderados defenderán un régimen conservador basado en la soberanía compartida, el sufragio censatario, la restricción de libertades...También son defensores de la propiedad privada y en general de los intereses de los más ricos, la alta nobleza y la alta burguesía.
Por otro lado, los liberales progresistas son partidarios de un régimen liberal más abierto, con soberanía nacional, sufragio censatario pero de base electoral más amplia y en general más libertades individuales...más cercanos de la pequeña y mediana burguesía.
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